…Y qué más da, que mas quieres,
que más quiero…
Es tan complicado resumir mi melancolía,
mis silencios, mis tristezas vagabundas de despertares,
Había una vez un sueño, y otro
sueño, y otro dentro de ese sueño, y las mañanas sabían a tus pensamientos. Y
el café era dulce, la lluvia agradable, las ventanas blancas, cristalinas y el
azul del cielo teñía todo de color de vida, de aire, de respiraciones y
suspiros.
Y qué más da, y que más quiero...todo
eso ya no esta….
El anciano me pidió un cigarro…ambos
fumamos sentados en el parque, un parque
gris, un parque sin niños… ¿Qué es un parque sin niños?, ¿Qué es un árbol sin
hojas?..
Fumamos uno tras otro,..Hasta que
ya no quedo nada,…solo el silencio rodeado del gris del cemento y el cristal,…solo
nuestros recuerdos y olvidos.
Y qué más da si ya todo está
contagiado por esa falsa felicidad de bolsas de plástico y caramelos envenados.
Quizás si llegara alguna nube y nos obligara a cobijarnos en ese café que
siempre usábamos como refugio, ese café con olor a madera y a años pasados….
Aún están esas letras en esa
mesa, nuestra mesa. Cuesta pensar que en solo un año ya las iníciales están casi
diluidas por el alcohol barato que beben ahora los jóvenes.
Sí,..Soy, somos viejos,..Bueno tu
no…, sigues etérea y bella como los ángeles y me siento triste y avergonzado de
haber recorrido tu cuerpo con todo mi ser, con toda mi alma….
Sí…, ya no importa nada, ya no queda nada más que el recuerdo de esos
días , de esos besos, de esos minutos de frenesí y salvaje pasión,…sabanas
manchadas, alientos mezclados, fluidos entrelazados y todavía perceptibles en
nuestros ojos al recordarlos.
Tengo miedo, y sé que lo sabes, y
sé que te alegras de dejarme esa sensación, como una guerrera que contempla el cuerpo de su rival vencido, todavía
vivo, pero sin probabilidad alguna de que su corazón siga latiendo…tu mirada
altiva y orgullosa, escondida en tu melena negra, que siempre me recordó a Veronica Lake….
Y qué más da si el viento y la
lluvia ahora solo quieren borrar todo eso…, y que más te da si yo logre
sobrevivir a las heridas que me provocaste...
Silencio, silencio que flota y
flota, humo que dibuja en él extrañas figuras que nadie más ve, que solo yo veo…
¿acaso estoy loco?,…
Silencio gris y mudo, silencio estéril
como un vaso vacio, como un último beso.
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